El 7 de junio de 1981 escribí, para Intermedio, Suplemento de Diario del Caribe, un artículo titulado “La destrucción del futuro” cuyo propósito era llamar la atención de los lectores para reflexionar acerca de la indiferencia social y la necesidad de construir una cultura alrededor de la niñez, dada su situación deprimente.
Ahora, en junio de 2014, conmemoramos 20 años del informe de la Misión de los Sabios, encomendada por el gobierno de Colombia a Gabriel García Márquez, la bacterióloga Angela Restrepo Moreno – única mujer en este grupo-, Carlos Eduardo Vasco, Eduardo Aldana, Rodolfo Llinás, Luís Fernando Chaparro, Rodrigo Gutierrez, Marco Palacios, Manuel Elkin Patarroyo y Eduardo Posada. Sus propuestas fueron consignadas en el documento “Colombia: al filo de la oportunidad”. Precisamente cuando aspirábamos integrar la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico. Ocasión para que Gabito nos regalara “Por un país al alcance de los Niños” y “Un Manual para ser Niño”. Pero, todo ha quedado en el papel, por la indiferencia total y con consecuencias desalentadoras.
No serán pocos los que recordarán el Año Internacional del Niño, como todo 11 de octubre Día de la Niña, fechas institucionalizadas para superar la problemática en torno a la niñez, pero igualmente no faltan aquellos que de manera inescrupulosa se oponen a estas causas en favor de la infancia y la adolescencia. Se puede volver a leer “Los Niños, ese horrible invento” en la columna “reloj de El Tiempo” de Daniel Samper Pizano publicada el 25 de mayo de 1979 donde dice: “Yo quiero proclamar, en acto de valor que seguramente será aplaudido en el fondo de su corazón por millones de seres humanos, que detesto a los niños…Que los considero un error de la naturaleza”.
Seguramente que la reacción de la opinión pública fue benévola con Daniel Samper, pero distinta con el estudiante de derecho de la Universidad Cooperativa de Ibagué, Jorge Alejandro Pérez que casi resulta linchado por cerca de 200 personas, judicializado y multado por sus comentarios en las redes sociales acerca del siniestro de Fundación, que aún nos tiene llenos de rabia e impotencia.
No hace mucho tiempo celebramos en Colombia, el sábado 26 de abril, el Día del Niño. Momento propicio para evaluar la situación de nuestras niñas, niños y adolescentes, pero pasa el motivo de celebración y mas nada, hasta cuando la realidad del día a día nos toma desprevenidos y aparecen esas noticias que conmueven, a todos los niveles, despiertan la solidaridad humana, donde el principal protagonista es un menor de edad: El bebé que muere al caer desde una altura considerable en un edificio de apartamentos, el que se ahoga en un balde con agua o en una piscina, el que le cae agua hirviente, el que con el arma de su papá mata a su hermanito, el que es atropellado por un vehículo.
Son frecuentes las noticias con niños en cualquier lugar del planeta: ONU advierte riesgos de malnutrición en América Latina; En la región hay 7.1 millones de niños menores de cinco años con desnutrición crónica; Otros 3,8 millones sufren de sobrepeso. El pasado 14 de abril la secta radical islamita Boko Haram asaltó una escuela y secuestró a 276 niñas. Fallece bebé de sólo 4 días quemada en hospital de Cúcuta. Maripaz llegó para aliviar dolor de madre que perdió a 2 hijos en la Tragedia de Fundación. La corrupción mató a 32 niños. Defensoría demandará a instituciones del Estado por no evitar el siniestro de Fundación. En Sincelejo 2,340 estudiantes sin clases por amenazas a profesores. Crecen dudas respecto a niños muertos por granada. En Bogotá rescatan niña de 4 años que estaba encerrada con candado.
De acuerdo con cifras del ICBF, citadas por la Defensoría del Pueblo, entre el primero de enero y el 4 de abril de este año se reportaron 13.670 denuncias relacionadas con maltrato infantil, 7.851 de las cuales corresponden a situaciones de negligencia. María Cristina Hurtado, Delegada para la Defensa de la Niñez, la Juventud y las Mujeres, manifestó a través de los medios que “la negligencia no tiene que ver sólo con un asunto de alimentación, también está relacionada con la falta de amor, afecto, protección, cuidado, acompañamiento en las tareas, atención durante enfermedades y acceso a servicios básicos”.
Los principales gestores de violencia contra los niños están en su propia casa o círculo cercano; ellos son los responsables del 80% de las agresiones sexuales contra menores. Cada día 89 menores de edad son desplazados, 7 de cada 10 tienen entre cero y 12 años. 1.7 millones de niños y adolescentes trabajan en Colombia. Alrededor de un millón de niños están por fuera del sistema escolar.Si bien las cifra s nos deben poner a pensar, son los hechos históricos los que nos obligan a cambiar de actitud en la apropiación de una nueva realidad. Son ellos y la velocidad con que se presentan los que hacen que tengamos que sentir, pensar y hacer de manera diferente. Les diré brevemente por el espacio.
Mi esposa Ana María Rúa, educadora y yo, estamos llegando a los cincuenta años de magisterio, de los cuales 37 años compartidos con una experiencia comunicativa educativa, Prensa-Escuela, que iniciamos en el Colegio Americano de Barranquilla al lado de un excelente equipo de profesores y por supuesto las hijas Aida y Betty. Con Voz Infantil, Hola Juventud, Asociación Caribeña de Redactores Escolares, la Unidad Porteña de Aprendizaje y UPA Radio, interpretamos que estos tiempos son de identidad en donde niñas, niños y jóvenes son sujetos, por tanto protagonistas de su historia. La estrategia ha sido acercar estudiantes a los medios de comunicación para darle sentido a una educación vitalicia, es decir formación permanente.
Ellas y ellos se han apropiado de su propia realidad, enriqueciendo su discurso y posicionándose en la sociedad como ciudadanos de modernidad que no necesitan llegar a la mayoría de edad para aportarle a su ciudad, como por ejemplo el Carnaval de los Niños en Barranquilla.
Hemos comprendido que los cambios en educación y cultura son protuberantes. En su condición de la identidad de sujetos, de la sociedad de la Información, niñas, niños y adolescentes cuentan, participan, tienen que formarse como seres autónomos pero responsables. Por ellos nos corresponde repensar la niñez. ¿Cómo construir colectivamente una cultura alrededor de la niñez y la adolescencia?.
(*) Historia de la Infancia en América Latina. Universidad Externado de Colombia.
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